En un mercado cada vez más competitivo y volátil, la fidelidad del cliente ya no es lo que solía ser. Según Damián Blanco, Country Manager Iberia de Shopfully, la inflación, la evolución del comportamiento del consumidor y la guerra de precios han transformado las reglas del juego en el retail. Lo que antes se basaba en la cercanía, la confianza o programas de fidelización tradicionales, ahora requiere de estrategias más inteligentes y personalizadas para mantener a los clientes.
El declive de la lealtad y el ascenso del comprador oportunista
Tradicionalmente, los retailers confiaban en que la proximidad, la buena atención y las promociones fijas garantizaban la fidelidad. Sin embargo, hoy en día, solo el 13% de los consumidores en España se mantiene fiel a sus marcas habituales, mientras que el 65% está dispuesto a cambiar si aparecen mejores promociones o descuentos. Este panorama demuestra una realidad clara: la lealtad ya no solo depende del hábito, sino de la percepción de valor en cada compra, en cada experiencia.
Además, el estudio de Shopfully revela que el 58% de los españoles prefiere elegir marcas con las que ha interactuado previamente. La presencia omnicanal, la personalización y la visibilidad en plataformas digitales son ahora factores tan determinantes como los precios. La clave no está solo en ofrecer productos a menor costo, sino en crear un ecosistema donde el cliente se sienta valorado y atendido en cada interacción.
Estrategias para fidelizar sin entrar en la guerra de precios
Blanco expone que, en un entorno donde reducir márgenes puede ser peligroso, las cadenas de retail deben apostar por estrategias que aporten valor de manera inteligente. Algunas de las más eficaces incluyen:
-Personalización de ofertas: Los datos de compra permiten enviar cupones y promociones relevantes para cada cliente, aumentando la probabilidad de recompra sin necesidad de bajar precios en productos que no interesan.
-Marca propia de confianza: En España, con un 50% de cuota de mercado de marcas blancas, estas opciones han evolucionado de ser alternativas económicas a ser símbolos de calidad e innovación, logrando fidelizar a los consumidores que buscan buena relación calidad-precio.
-Transformación digital: La incorporación de tecnologías, desde apps que facilitan el escaneo y pago hasta programas de fidelización digital, no solo mejoran la experiencia, sino que también generan un vínculo más fuerte con la marca.
-Transparencia y sostenibilidad: Comunicar el compromiso con prácticas responsables, producción local y sostenibilidad genera confianza y fidelidad en un consumidor que, ante la subida de precios, valora también los aspectos éticos y ambientales.
La fidelización en tiempos de inflación
Muchos retailers aún creen que la única solución para mantener clientes es bajar precios, pero eso puede erosionar márgenes y deteriorar la percepción de valor. Blanco insiste en que la verdadera clave está en aportar valor estratégico: mejorar la comunicación, facilitar información, y ofrecer experiencias digitales integradas que hagan que el cliente sienta que su compra es más que un simple intercambio económico.
Porque, en definitiva, la diferencia entre un cliente que vuelve y uno que se va radica en la experiencia completa: desde la conexión emocional en el punto de venta, hasta la facilidad en la gestión post-compra.
El contenido original de la nota fue publicado en America-retail.com. Para leer la nota completa visita aquí